lunes, 26 de noviembre de 2012

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El invierno se vuelve eterno sin ella.
 Sin ella todo es diferente, para empezar, las calles están más frías y con cada día que pasa anochece antes. Me da pena ver a las farolas doblando turno y el pasar del tiempo sin ella. Siempre llega el día en que el invierno empieza a ser peor, cuando pasa la mitad de noviembre y el frío ya cala los huesos, y también al no estar ella, y sé que parecerá absurdo, se me secan los labios después de comer pipas, la nieve tiene un tacto húmedo y frío y me cuesta levantarme los domingos. Sin ella vuelven también todas mis manias, sea invierno o no, me muerdo las uñas y los carrillos, ando en círculos y balbuceo ante el peligro... No sé, sin ella todo es diferente, sé que podría ser mejor. Desde que no está, y soy consciente de ello, me he aficionado a la cerveza y al vino aunque sigue sin gustarme la sidra. Sé que ella no está, sé que siempre he sido así, sé, que aún, no existe ella.
 Ella se vuelve eterna en el invierno.

jueves, 18 de octubre de 2012

Again

Tócame otra vez Sam, por llamarte de alguna manera.

No sabría como nombrarte sin recurrir a lo de aviador. Te pedí, una vez, la primera vez, que no me pasases la canción, Sam, me gusta está canción, hablan de una puta llamada Roxanne. Pero lo has vuelto a hacer, Sam, me pasaste la canción, le has vuelto a dar la vuelta al sombrero sin olvidarte el conejo de dentro. Me gustaría que las cosas fuesen de otra manera, Sam, ya te dije, que podría vivir del aire si este me trajese tu voz...

Tócame otra vez Sam, siempre que las putas suenen en una canción.

martes, 17 de julio de 2012

casi setenta y cuatro lunas

Llevo mucho tiempo queriendo decirte algo que en realidad no te quiero decir, hay como una fuerza sobrehumana que hace que pare a mitad de camino, y que las palabras se queden en un borrador. Quiero decirte que estás fuera de mi vida, que ya he aprendido a vivir sin ti... pero por otro lado, no puedo resistirme a la idea de imaginarme la vida contigo.
Quiero echarte de mi vida y no se por donde empezar... han sido tantas cosas, las que hicimos, y las pendientes, todos los sueños que dejamos a medio tejer y los planes de verano... que te voy a decir, si me hubiese encantando ver mi futuro recorriendo tu espalda. No podía ser de otra manera, si siempre tuviste el don en mi oportunidad, que cada vez decía que ni una estampida de caballos me haría cambiar de opinión aparecías tú y con dos palabras solucionabas el mundo. No puedo evitar pensar todos los momentos que hemos compartido, perdiendo el tiempo e incluso las palabras... que a veces nuestras conversaciones quedaban reducidas a mirarnos el alma, con todas las heridas que eso marca.
¿Sabes? hubo un día hace no mucho, en el que yo, y mi santa resaca, nos preguntábamos que si ya era el final, que con cada día que pasaba iba perdiendo más y más detalles sobre ti, como por ejemplo que llevabas puesto el primer día que salimos solos a cenar, o de que color era tu chandal de los domingos... es triste decirlo así, pero ya he olvidado como era tu sonrisa, también tu cara de pena, y tu cara de sorpresa, menos mal que por suerte tengo un par de fotos que me recuerdan que también tenias nariz y orejas. Tenía miedo de eso, de olvidarte, de no recordarlo todo... y entonces me llamaste, para cantarme, esa canción que tanto odio, y enseguida me colgaste...y ¡joder! volví a tener esa sensación recorriendo mi cuerpo, esa maldita sonrisa que muy pocas personas saben sacarme...
Pero ya ha pasado mucho tiempo, dos meses y dos semanas menos un día, y quiero liberarme de ti para poder seguir adelante, quiero que salgas de dentro, quiero dejar de pensarte cada día... pero no estoy listo para cerrarte aún la puerta, no sin saber si algo nuevo llegará.

sábado, 14 de julio de 2012

S

Hay gente que sueña ser como Amelie.
 Tú, tenias sus piernas y además, estabas loca... ¿acaso se puede pedir más?